Para hacer nuestros panecillos de queso es importante que primero tamicemos la harina, ya que así quedarán unos panes caseros más tiernos.
Seguidamente, vamos a diluir la levadura fresca en el agua tibia.
Vertemos en el bol de la harina tamizada la levadura disuelta en el agua y las cucharaditas de sal. Amasamos durante 10 minutos dejando una masa lisa y elástica.
Formamos una bola con la masa, la cubrimos con un paño y la dejamos reposar durante 1 hora en un lugar cálido sin corrientes de aire para que el pan de queso quede perfecto.
Pasado el primer tiempo de levado, vamos a enharinar ligeramente una superficie de trabajo y rompemos la masa varias veces. Estiramos la masa con las manos y desmenuzamos encima el queso roquefort. Amasamos durante dos minutos hasta que el queso esté completamente integrado en la masa del pan casero.
Forramos una bandeja con papel de horno. Cortamos la masa en cinco partes más o menos iguales y formamos unos panecillos de queso rectangulares. Los ponemos en la bandeja preparada, los tapamos de nuevo con un paño, y los dejamos reposar durante 2 horas en un lugar cálido y sin corrientes de aire.
Pasado este nuevo tiempo de reposo, precalentamos el horno a 210 ºC. Ponemos un bol con agua en la base del horno para hornear los panecillos con humedad. Tamizamos la cucharada de harina encima de nuestros panes de roquefort y los horneamos durante 25 minutos con calor arriba y abajo a 210 ºC.
Dejamos enfriar el pan de queso en una rejilla, para que no cojan humedad en la base. Ya estarán listos para consumir.
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